¿Por qué evitar bañarte en ríos, mares, aguas termales, piscinas y arroyos después de una perforación?

Cuando te realizas una perforación, debes considerar que estás creando una herida abierta en tu cuerpo, y como tal, necesita tiempo y cuidados específicos para cicatrizar correctamente. Durante este proceso, es fundamental evitar exponerte a ciertos entornos que podrían poner en riesgo la salud de tu nueva perforación. Lugares como ríos, mares, piscinas y arroyos pueden parecer inofensivos, pero en realidad, representan un peligro significativo debido a la cantidad de bacterias y contaminantes que albergan.

Riesgos de bañarte en aguas naturales o tratadas:

  1. Infecciones bacterianas:
    Aunque los ríos y mares son naturales, esto no significa que estén libres de microorganismos. De hecho, bacterias como Vibrio y Pseudomonas, comunes en ambientes acuáticos, pueden ingresar a la perforación y causar infecciones graves.
  2. Aguas químicamente tratadas:
    Las piscinas, aguas termales y jacuzzis contienen cloro y otros químicos diseñados para mantener el agua limpia. Sin embargo, estos productos pueden irritar la herida, provocar inflamación y retrasar el proceso de cicatrización.
  3. Retraso en la cicatrización:
    El contacto con estos ambientes puede alterar la flora natural de la piel, debilitar el sistema de defensa de la perforación y prolongar el tiempo necesario para que la piel se cierre correctamente.
  4. Aguas contaminadas:
    En el caso de arroyos o lagos, el riesgo de contaminación por desechos humanos, animales o industriales aumenta considerablemente, elevando las probabilidades de infecciones complejas.

Cuidados básicos para proteger tu perforación:

  • Lava tus manos antes de tocar la perforación.
  • Limpia la zona hasta dos veces al día con solución salina o productosespecializados para el cuidado de perforaciones nuevas.
  • Evita manipular o cambiar la joyería antes del tiempo recomendado por tu perforador.
  • Evita maquillajes, perfumes o sustancias como el alcohol entre otros en la zona perforada.

Conclusión:

Proteger tu nueva perforación de aguas potencialmente peligrosas no es una restricción exagerada, sino una medida de cuidado que asegura una cicatrización adecuada y libre de complicaciones. Aunque puede ser tentador darte un chapuzón, recuerda que un poco de paciencia te garantizará que disfrutes de tu nueva perforación sin problemas.

¡Cuida tu inversión y sigue las recomendaciones de tu perforador!

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